Los diversos cambios producidos en el sector de la restauración en los últimos años han modificado en gran parte el perfil del profesional de sala. Actualmente se incentivan más las tareas directamente relacionadas con las técnicas de ventas y de atención al cliente, lo cual desplaza en segundo término, y a veces casi hasta la extinción, las habilidades y técnicas ligadas a la elaboración y preparación de platos a la vista del cliente. Sin embargo, es importante señalar que aunque la elaboración de platos a la vista esté en desuso, si exceptuamos algún establecimiento de alta categoría, sí se llevan a cabo con cierta regularidad otra serie de habilidades y técnicas, como trinchar y racionar carnes y aves, limpiar y desespinar el pescado, cortar jamón, preparar tablas de queso, flamear…
Desarrollar estas operaciones ante el cliente condiciona el trabajo del personal de sala. Es imprescindible trabajar de manera limpia, ordenada y elegante, además de disponer de material y utillaje específico para estas tareas.